Percy vive con el miedo de pulverizar accidentalmente a su profesora de introducción al álgebra, de escribir mal en la pizarra debido a su dislexia o de encontrar a su madre llorando de nuevo por su, literalmente apestoso, padrastro. ¿Es un niño normal con muchos problemas, o un niño problemático intentado llevar una vida normal? Siempre ha sido así, alquien que no está completo del todo, que siente ese consquilleo en los dedos de los pies, como si tirasen de él en todas las direcciones.

Sus respuestas llegan cuando, de la noche a la mañana, descubre que es un semidiós. Todo está escrito y el joven Percy no puede seguir huyendo de su destino. 

Rick Riordan nos presenta un mundo urban fantasy en pleno siglo XVIII, donde la esencia de la antigua Grecia se camufla en la actualidad. Los dioses existen y viven entre nosotros. Con una prosa ligera y carismática, Riordan consigue atrapar desde al más joven al más adulto, otorgando tintes de humor a una trama documentada y detallista que promete una buena dosis de mitología.

Percy descubrirá que hay un lugar para los niños y niñas como él. El Campamento Mestizo, que no tiene localización conocida, se esconde entre un gran lago y los frondosos bosques albergando a jóvenes semidioses hasta que cumplen la mayoría de edad. Allí, entrenan para ser dignos hijos e hijas de sus padres, dispuestos a realizar cualquier misión que se les encomiende.

Una vez dentro, Percy descubrirá un nuevo hogar y entrenará como uno más, sin sentirse del todo parte de ellos. El hilo sigue tirando, hay algo que no cuadra, algo que se escapa a su conocimiento. Las pesadillas, la constante sensación de sentirse observado, esos recuerdos líquidos que no parecen pertenecerle y las preguntas son cada vez más frecuentes y, si bien Percy tiene el valor suficiente como para querer conocer las respuestas, sabrá que no podrá enfrentarse al porvenir solo.

Cuando la gran verdad sale a la luz, la aventura comienza. Han robado el rayo de Zeus, y solo Percy podrá recuperarlo. Su primera misión como semidios se convertirá en una intrépida carrera a contrarreloj acompañado por Grover, su sátiro protector, y Annabeth, hija de Atenea. Los pequeños y variopintos héroes tendrán la oportunidad de hacer lo que ni siquiera los propios dioses pueden: salvar el Olimpo.

Percy luchará con seres mitológicos, se adentrará en lugares hechos para corazones valientes, y comprenderá que no todo es lo que parece. Que su historia ya estaba escrita.

Y que quizás, él aun pueda cambiarla.