Cuando me interesa un retelling, siempre voy con cautela. Es muy común encontrar historias basadas en otras que resultan ser simplemente una copia. Por eso, cuando Una Creación Monstruosa se anunció, supe que quería leerlo sin duda, pero sentí un cosquilleo de incertidumbre. El retelling de la gran obra de Mary Shelley, Frankenstein o el moderno Prometeo. Ahora, habiendo devorado sus páginas puedo decir que ha sido una muy buena elección. Gracias a la editorial por el ejemplar.

Como bien nos cuenta su reseña, la vida de Alasdair Finch se derrumbó dos años atrás. Eran muchos los cambios que se avecinaban en Ginebra, donde humanos, personas hechas de engranajes y mecánicos ilegales, convivían en una extraña tregua. Por entonces, Alasdair no sabía demasiado de la vida, tan solo era un muchacho que vivía tras las huellas de su hermano Oliver, añorando un futuro que ese mismo no sabía apreciar. Pero Oliver podía ver más allá de la máscara de la sociedad.

Una trágica noche Oliver murió, y todo lo demás dejó de importar. Ni siquiera el amor que sentía por Mary, su amada, pudo curar la desesperación que Alasdair sintió al perder a su hermano. Por eso, llevado por las ansias de recuperarlo y gracias a sus conocimientos en mecánica y anatomía, Alasdair resucitó a Oliver. No pensó en las consecuecias.

Ahora, con la persecución de las personas mecánicas más agresiva que nunca, Alasdair mantiene a su hermano escondido a las afueras de la ciudad. Dos años han pasado desde que Oliver abrió los ojos de nuevo y Mary desapareció, dos años en los Alasdair ha tenido que sacrificar sus sueños y futuro para ocultar la verdad de todos los demás.

Son sentimientos encontrados los que descubrimos en Alasdair, un chico que carga con la culpa dividida de quien ha hecho algo por amor aún cuando sabía que no sería lo correcto. Siente que se ahoga, que ahora que ha comprendido el gran daño que ha causado no sabe cómo manejarlo. 

La monotonía autoimpuesta en la vida de Alasdair se rompe cuando un libro llega a sus manos con una carta escrita por la mismísima Mary y, para su desgracia, asaltan a su familia acusados por ayudar a las personas mecánicas. Y están en lo cierto, la familia de Alasdair lleva años siendo Aprendices de Sombras, una sociedad dedicada a estudiar y fusionar la mecánica y el cuerpo humano con tal de ayudar a aquellos que más lo necesitan. Gracias a muchacha llamada Clémence, Alasdair huye de la ciudad antes de ser capturado y acaba en Ingolstadt, el lugar donde siempre ha soñado pertenecer. 

Allí, el Dr. Geisler, quien fue mentor de Oliver y ahora pretende convertirse en el suyo, protege a Alasdair y le proporciona cobijo. Es Geisler quien le informa sobre el curioso libro que tanto revuelo ha causado más allá de Ginebra, una historia sobre un hombre que resucita a otro, un monstruo que campa a sus anchas llamado Frankenstein. Es entonces cuando comienza una trama de misterio e intriga donde no sabremos en quién confiar, ya que sin duda las intenciones del Dr. Geisler resultan sospechosas y la culpa y alivio de Alasdair por el abandono de su hermano aún en Ginebra crearán un boucle vertiginoso.

Debe volver a Ginebra, aunque eso signifique enfrentarse a Oliver y aceptar la verdad con tal salvar a su hermano de las garras de aquellos que desean destruirlo. Pero, ¿lo recibirá Oliver, o el monstruo?

Una Creación Monstruosa sido una lectura atrayente e interesante, un retelling que ha sabido captar la crudeza implícita en la vida y la muerte. Tiene toques originales, como los guiños a la temática steampunk o los matices góticos propios de los clásicos, y esos personajes que aún con sus impecfecciones consiguen atraparnos. Si bien me habría gustado encontrar algo más de desarrollo en las actos de cada uno, sobretodo más de madurez en las intenciones de Alasdair o Mary, aprender más acerca de los Aprendices de Sombras, o conocer de verdad a Oliver, la gran víctima de esta historia, me quedo con que ha sido una lectura que me ha sorprendido y he disfrutado.

Mackenci Lee, con su pluma descriptiva y casi poética, nos transporta a un mundo de sombras donde habrá que creer en la luz para poder escapar.